La cifra de muertes por las inundaciones en Texas, en el sur de Estados Unidos, se elevan hasta el momento a 59, declararon las autoridades este domingo, mientras los rescatistas prosiguen la frenética búsqueda de desaparecidos en medio de renovadas lluvias.
“Todavía hay fuertes precipitaciones hoy. El balance es ahora de 59 (fallecidos) y, tristemente, prevemos que siga subiendo”, dijo a la cadena Fox News el gobernador adjunto Dan Patrick.
Las crecidas derivaron de lluvias torrenciales que se desataron en la tarde del viernes en el centro del estado y que se reanudaron durante la noche y en la madrugada del sábado, aunque con menor intensidad.
De las aproximadamente 750 niñas que asistían a un campamento de verano cristiano a orillas del río Guadalupe, 27 están desaparecidas, dijo por su lado Dalton Rice, dirigente municipal de la ciudad de Kerrville.
En el campamento, el agua había retrocedido casi por completo el sábado y dejaba a la vista un paisaje devastado con decenas de autos varados, algunos atascados en árboles, y vegetación arrancada, observaron periodistas de la AFP.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, declaró que expandirá la declaración de estado de desastre, al tiempo que pidió recursos federales adicionales al presidente Donald Trump.
“Texas hará todo lo posible para asegurar que se encuentre a todas las personas desaparecidas”, escribió el gobernador en la red social X.
En tanto, equipos aéreos, terrestres y acuáticos rastrean a lo largo del río Guadalupe en busca de sobrevivientes y cadáveres, informó el jefe del departamento de gestión de emergencias de Texas, Nim Kidd.
Unos 500 rescatistas y 14 helicópteros fueron desplegados, mientras que la Guardia Nacional y la Guardia Costera de Texas enviaron refuerzos.
De acuerdo con las autoridades, el río Guadalupe creció unos ocho metros en 45 minutos. Según el servicio meteorológico, más de 300 milímetros de lluvia cayeron durante la noche, un tercio del promedio de precipitaciones en todo un año.